Para Márquez (1985); Gibson, Ivancevich y Donelly (2003) y Chiavenato (2004), la comunicación es un proceso social y colectivo que surge del intercambio, transmisión y comprensión de información, conocimientos y sentimientos, utilizando símbolos verbales y no verbales. Sin embargo, Davis y Newstrom (2003) agregan que cuando la comunicación es efectiva, establece un puente de significado entre dos personas, de modo que puedan compartir lo que sienten y conocen. “Al usar este puente, ambos pueden cruzar sin peligro el río de los malentendidos que a veces les separa”.

Buena parte de los malos entendidos y problemas en la organización surgen como consecuencia de la interacción entre sus miembros, aunado a problemas del entorno y las dificultades naturales del funcionamiento en ambientes dinámicos y cambiantes, obligan a los decisores a buscar entre las alternativas de solución la contratación de empresas consultoras, como Consumet@, la cual además de asesorar está orientada a brindar el acompañamiento necesario para coadyuvar en soluciones integrales.

Comunicación corporativa: ¿Comunicarnos para quién?

Comunicación corporativa: ¿Comunicarnos para quién?

Comunicación corporativa

La comunicación corporativa, según Chiavenato (2004), comprende los mecanismos por los cuales se desplaza e intercambia la información entre las personas de una organización, bien sea que fluyan en la estructura formal e informal, otras descienden o ascienden a través de la jerarquía, mientras otras se desplazan en dirección lateral u horizontal. A ello es preciso agregar que con el uso de tecnologías los flujos de la comunicación se han intensificado.

Las tendencias novedosas aplicadas a las comunicaciones son adecuadas sí, dentro de la organización, existe un sano correaje de información y las comunicaciones logran ser asertivas. Pero, ¿Cómo estamos dando y siguiendo las instrucciones de trabajo? ¿Cómo fluye el contacto entre nuestro talento humano? ¿Cómo estamos manejando nuestras emociones? Frecuentemente, la visión exclusiva del negocio, parecen obviar el carácter estratégico de la comunicación y su potente influencia en el mantenimiento de un sano clima organizacional.

Se cree que atender comunicacionalmente a la empresa se centra en incorporar los beneficios del mundo digital, como uso de páginas web, redes sociales, redes especializadas en el segmento laboral, redes digitales dedicadas a la promoción y captación de negocios. Vender la imagen corporativa globalmente, emplear herramientas del marketing digital que pueden robustecer la cartera de clientes y la captación de nuevas oportunidades de negocio.
No es que sea errado pensar en proyectar una imagen orientada a los clientes que nos permita generar credibilidad y obtener seguidores y establecer nuestra marca, sino que esto es más factible cuando enfrentamos los procesos comunicacionales internos, cuya transversalidad obliga a revisar desde cómo y para quién nos comunicamos, porque es allí donde podemos establecer metas claras y escuchamos sentimientos, retos, aciertos, aprendizajes y oportunidades para corregir desde adentro la imagen que brindaremos desde los procesos comunicacionales externos.

Entre las razones que justifican esa revisión están el generar sentido de pertenencia en nuestro personal, construir fidelidad y lealtad en nuestros trabajadores, incentivar la innovación y fomentar la flexibilidad para enfrentar los procesos de cambio. Es común que se requiera de la consultoría organizacional con la idea de superar problemas dentro de la empresa, pensando que la asesoría encontrará problemas de algún proceso de gestión interna, como por ejemplo, el reclutamiento y selección de personal, y con su actualización se resolverán los problemas de las interacciones del talento humano.

No, definitivamente no es así, pese a reconocer que existen problemas en la comunicación, por lo general, se piensa que el foco del problema está alejado de un aspecto estratégico como lo es la comunicación organizacional. Es preciso revisar y emprender los correctivos que permitan conocer, conjugar, manejar y mejorar: qué tengo, quién soy, a dónde aspiro llegar y qué estoy dispuesto a dar. En definitiva, se trata de que nuestros éxitos deben ser el resultado de la combinación de principios, valores, deseos, pero que debe existir orden, planificación, claridad del rumbo a seguir y negociación para que al entrar a la organización puedas fusionar satisfacción profesional con emocional y personal.

Mejorar la comunicación en la empresa

Entre las acciones que debemos revisar por cuenta propia podríamos mencionar:

  • Escuchar más, atender a quienes nos hablan y poner atención, repreguntar en caso de no entender.
  • Equidad al hablar, mejorar nuestra disposición y actitud se trata de respetar las ideas de otros dejando en claro las nuestras sin competir
  • Superar miedos y complejos internos, muchas veces lo que rechazo de los otros son las semejanzas que tiene conmigo, conocernos, identificar las debilidades y trabajarlas son oportunidades de crecimiento
  • Revisar cómo me comunico, ello permite no desmayar en: pensar antes de hablar, ponerme en el lugar de otros al emitir una instrucción o mensaje, entender que lo no verbal también comunica, precisar nuestro hablar de forma directa y cortes, clara, concisa, comprensible, coherente, concreto. Todo ello puede coadyuvar en conocer para quién nos comunicamos.

Referencias

  • CHIAVENATO, Idalberto. (2004):“Comportamiento organizacional: la dinámica del éxito en las organizaciones”. Thomson, 2004. Distrito Federal-México.
  • CHIAVENATO, Idalberto. (2002): “Administración en los nuevos tiempos”. McGraw Hill. 1ra. Ed. (en español), 2002. Bogotá-Colombia.
  • DAVIS y NEWSTROM, Keith y John W. (2003): “Comportamiento humano en el trabajo”, 2003, 11ava. Ed. Mc Graw Hill Interamericana. México.
  • GIBSON, James; IVANCEVICH, John y DONNELLY, James: “Las organizaciones: comportamiento, estructura y procesos”. McGraw-Hill. 10ma. Ed., 2003. Distrito Federal- México